La AEAT tendrá que devolver a Telefónica 1.316 millones de euros: 790 millones indebidamente ingresados y 526 de intereses generados por el empecinamiento de la inquisición tributaria (IEAT) que ha mantenido un pleito durante 11 años. Como a este pleito se añaden otros anteriores, el resultado es que el último empecinamiento de la AEAT nos ha costado 526 + 201 = 727 millones en intereses. En total, entre devoluciones e intereses, la AEAT ha devuelto a Telefónica, según Expansión, 2.219 millones.
Lo que no dice la noticia es quién es el responsable de esto. Expansión le imputa la responsabilidad a los tribunales, pero la responsabilidad de los tribunales es muy pequeña comparada con la quien se empeñó en no devolver un impuesto que no tenía derecho a cobrar.
Y peor todavía: esto puede aguantarlo Telefónica, pero lo aguantan todos los días multitud de pequeñas empresas que no tienen capacidad financiera para soportar pleitos como este.
Luego dicen que hay igualdad de partes. Pero un asesor fiscal que se equivoca en la liquidación responde con su patrimonio. Al revés no pasa nada de eso.
Y si un pleito se demora 11 o 12 años, a todo el mundo le da igual, no pasa nada, porque se supone que es lo de siempre. Y en efecto eso es lo malo: que es lo de siempre y seguirá siempre así porque nadie va a cambiarlo.
Los defectos de la actuación habitual de la IEAT (Inquisición tributaria) lucen aquí con toda su intensidad. El retraso de los Tribunales es sólo una herramienta más, con la que la AEAT cuenta, para levantar dinero. “Si quiere, que recurra”. Eso vale con los pequeños. Con Telefonica no.
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