Los españoles no confían en los juzgados y por tanto no van al concurso de acreedores. Se ponen de acuerdo con sus acreedores y ya está. Eso es lo que está pasando. No es la moratoria. Es la desconfianza.
Para salir adelante sólo les queda Hacienda y la Seguridad Social. Que son los dos grandes malvados que nunca perdonan deuda. O cobran el impuesto con intereses y apremios antes que cualquier otro acreedor, o se lo cobran (derivan) al administrador, o se lo cobran (derivan) a un tercero. No perdonan nada y se aprovechan de que por todos es conocido que ir al concurso es más caro que esforzarse pagar Hacienda. El precio es dejar a los demás acreedores detrás de Hacienda, ponerles los últimos. Porque ellos no tienen preferencia ni pueden ir a la vía de apremio.
Eso, si no hay concurso. Si además hay concurso, el crédito de las Administraciones Públicas es privilegiado, por lo que cobran otro impuesto, esta vez a los demás acreedores, porque las Administraciones Públicas no llegan a ningún acuerdo, no perdonan nada. Cobran los primeros y lo que les falte se lo sacarán a quien corresponda por la vía de la derivación de deudas. No son acreedores como los demás. Los fondos buitre tienen menos medios.
Debería ser exactamente al revés, porque Hacienda y Seguridad Social son los que más medios han tenido para cobrar la deuda durante el periodo ordinario, y cuando llegan situaciones extraordinarias, como la pandemia, son los que más medios tienen para perdonar deuda a quienes necesitan pagar menos impuestos para salir adelante.
El socialismo es así. Aprovecha el pésimo funcionamiento del sistema de juzgados para incrementar la presión fiscal y social sobre los empresarios. Pero recuerden, es el socialismo de todos los partidos. Porque este sistema no lo trajo el PSOE. Lo trajo el PP.